“Amigos del pescador”

En una de mis excursiones como guía estuve en una aldea de pescadores. Incluso si no te gusta pescar, te gustará este programa. Salimos del autobús y nos encontramos de repente rodeados de un lago completamente congelado. Una acogedora “kota” estaba al lado y los pescadores ya nos estaban esperando. Todos estaban emocionados y sonrientes, lo que me sorprendió, cómo a alguien puede gustarle tanto pescar? Tras presentarse, nos encaminamos al lago. La mayoría de gente estaba algo asustada, ya que nunca habían visto un lago tan grande congelado así que no estaban muy seguros sobre adentrase en él. Entonces, Tuomo, uno de los pescadores y el “dueño” del lugar, preguntó a los niños quien quería ir en la moto de nieve. Por supuesto, los niños se acercaron corriendo, hacia el centro del lago, mientras los padres aguantaban la respiración. Pensé que era una estrategia muy buena, porque tras eso todo el mundo vio que era completamente seguro acercarse. Caminamos unos metros, dejando atrás la “kota”, y paramos cerca de un palo clavado en medio del lago. Tuomo nos explicó que eso era una parte importante de la pesca en el hielo, porque apunta hacia dónde has hecho el agujero y evita que nadie caiga dentro por accidente. Entonces, empezó a explicar cómo se hace la pesca en el hielo, preguntando siempre si había voluntarios para ayudarle. Al principio nadie se atrevía a acercarse tanto al agujero, pero en un rato todos querían ayudar. Conseguimos algunas buenas capturas con la red, así que era hora de probar suerte con la pesca individual. Pudimos hacer un agujero en el hielo y sentarnos a intentar pescar algo con una caña. Nos dijo que lo más importante era la paciencia, que a veces podías estarte ahí durante horas y no pescar nada, pero eso era lo que les gustaba a los fineses: la calma y el silencio, dónde pudieran simplemente relajarse y pensar, y que estarían contentos incluso si después de muchas horas no cogían nada. Nosotros tuvimos mucha suerte, ya que uno de los niños estaba emocionado y siguiendo al pie de la letra todo lo que decía Tuomo durante la actividad, así que se sentó en el agujero y espero completamente callado haciendo exactamente lo que Tuomo decía. Y esto le llevó a un premio! Capturó un pez, pero se sorprendió tanto que cuando tiró de la caña se le escapó de las manos. De cualquier modo, Tuomo no estaba enfadado y se rio de la situación.

Tras esa experiencia pesquera, volvimos a la “kota” y descubrimos que era el restaurante que Tuomo y su mujer llevan. Era una “kota” lapona tradicional, con la chimenea en medio y las mesas alrededor. Todo el mundo susurró un “Mmm!” una vez notamos el olor de la comida y el calorcito de la “kota” después de nuestro tiempo pescando. Tuomo nos explicó que su mujer estaba al mando del restaurante, cocinando sus propias recetas tradicionales y sirviendo siempre el pescado que el lago les brindaba. Era difícil de creer que pudiesen pescar tanto en el lago, especialmente porque era una pesca muy tradicional. Cuántas horas se pasaría pescando? Definitivamente, tenía que amar la pesca. La comida fue un buffet diverso con toda clase de pescado preparado de mil maneras diferentes, con varios tipos de patatas, ensaladas, verduras, pan casero, zumo de bayas y unos dulces y deliciosos postres. Nunca me ha gustado mucho el pescado (mi madre siempre se quejaba de que sólo me gustaba uno y siempre cocinado de la misma forma) pero decidí probarlo todo porque todo tenía una pinta estupenda, y no me arrepentiré nunca!  Estaba todo tan bueno que tuve que repetir!

Mucha gente preguntaba sobre la decoración del interior de la “kota”, desde esculturas de madera a cuernos de reno y alce, y Tuomo amablemente explicaba la historia tras cada uno de ellos, siempre sonriente. Me sentía cómo en casa en ese restaurante. Pero no es posible quedarse ahí para siempre, así que cuándo fue la hora de irse nos metimos en el autobús de nuevo y Tuomo y el resto de trabajadores salieron a despedirnos mientras el bus se alejaba.

 

Deja una respuesta