Hay una cosa en Laponia que hace que todo el mundo se enamore. Es un fenómeno mágico que sólo ocurre en lugares especiales en momentos especiales. Te hablo de las “luces del norte”. La vista de las Auroras Boreales (otro nombre para las luces del norte) es uno de los fenómenos naturales más bonitos que puedes admirar. Los brillantes colores en el cielo, moviéndose como si fueran olas, haciendo sentir que formas parte de algo místico. Pero hay un pequeño problema: las Auroras son caprichosas. Hay tres pasos que debes seguir si quieres verlas. Primero, necesitas un lugar oscuro. Las luces de las ciudades y otra contaminación lumínica pueden engañar a tu vista y esconderte las Auroras. Segundo, un cielo despejado. Las nubes interfieren en la visión. Y tercero, y tal vez lo más importante, suerte. Estar en el lugar preciso en el momento adecuado. Por otro lado, este invierno están muy activas, así que es una buena oportunidad para intentarlo! El mejor modo de ver las Auroras Boreales es con un safari nocturno.
Hay diferentes actividades alrededor de la caza de Auroras y todas están preparadas para tener las condiciones ideales. Por ejemplo, un safari que me permitió verlas fue una visita a una granja de renos de noche. Empieza cuando llegamos a la granja, dónde los dueños nos dieron la bienvenida calurosamente. Formamos parte de una ceremonia lapona basada en las historias y mitos tradicionales de los chamanes Sami. Los Sami con los nativos lapones que tradicionalmente empezaron a trabajar con los renos. También explicaron un montón de cosas interesantes sobre los renos y como su cría es un modo de vida para muchos habitantes de Laponia. Después de toda esta información mientras nos calentábamos, era el momento de empezar el safari. Nos sentamos en un trineo tirado por un reno en parejas. Es el sitio perfecto para estar con alguien especial. El safari empieza adentrándose en medio de la naturaleza. Disfrutas de ese sonido especial que tienen los bosques por la noche mientras miras al cielo nervioso por ver las Auroras. Mientras tanto, yo iba pensando en toda la gente que antiguamente viajaba en trineo de renos, cuándo era el único modo de moverse por Laponia en invierno. Entonces, de repente, ahí estaban: las Auroras Boreales. Era una visión que cortaba la respiración: una ola enorme de verdes y azules, brillando en el cielo abierto, moviéndose como si la brisa que soplaba les afectase. Estas fueron unas de las más largas e imponentes Auroras que he visto nunca. Cuando el safari terminó nos metimos en una “kota” y tomamos algunas bebidas calientes mientras explicaban muchas historias sobre las luces del norte, haciendo la noche inolvidable.
Otro safari que me brindó la oportunidad de disfrutar del fenómeno fue en un “trineo a patada” (es como un patinete, pero para la nieve). Fue una noche muy divertida, porque era la primera vez que usaba uno de esos. Todo empezó en un pequeño resort en medio del bosque, lejos de cualquier luz artificial. Después de un poco de información sobre las Auroras y una película, fue el momento de salir a cazar! La naturaleza alrededor del lugar era tan imponente como siempre y el cielo estaba despejado (viva!). Comenzamos nuestra pequeña aventura con los trineos, divirtiéndonos mientras nos acercábamos a un lugar especial dónde pararíamos. Una vez ahí, tomamos un poco de chocolate caliente (sabe aún mejor después de hacer algo de ejercicio en un sitio tan frío) mientras nos deleitábamos con algunas historias. Cuando ya nos poníamos en marcha para volver, con la sensación de una gran noche aunque no hubiésemos visto las Auroras, alguien gritó que mirásemos al cielo. Y te imaginas que pasó? Olas de verdes colores brillando y bailando sobre nuestras cabezas. “La noche perfecta”, pensé.
La última, pero no por ello menos importante, experiencia que quiero compartir fue una noche en un safari en moto de nieve, y aunque no pude ver ninguna Aurora, me lo pasé en grande. Este safari especial en moto de nieve es un recorrido a través de la noche en una de estas máquinas tan increíbles. Puede ser que mi amor por las motos influencie mi opinión, pero hasta el más asustadizo siempre disfruta la ruta de principio a fin. Nos adentramos en el bosque, alejándonos de la ciudad, para tener un descanso alrededor de una fogata. Ya he dicho que no vi Auroras ese día, pero el cielo en Laponia, cuando estás en medio de la nada, es simplemente impresionante. No puedes imaginarte cuántos millones de estrellas brillan justo encima de ti. Yo nací en una gran ciudad, dónde ver una estrella en el cielo es imposible, pero incluso yendo a las montañas nunca pude ver tantas estrellas cómo veo en mis noches en Laponia. Además, aquella noche había luna llena, grande, redonda y brillante, reinando en el cielo. Cuando la gente me dice que estoy loca por vivir aquí, simplemente tengo que recordar todos estos momentos mágicos para sonreir y recordar porque amo Laponia.