Cuando conocí a Santa Claus – Papa Noel

Imagina conducir a través del paisaje del campo, en una oscura noche dónde tu única luz son las estrellas y la luna llena. Imagina llegar a una cabaña, una perfecta imagen de una casita roja con ventanas y alféizares blancos. El calor del interior ya es tangible mientras caminas por el jardín frontal. “Bienvenidos!” Nos quitamos las chaquetas y los zapatos; es cómo estar en casa… entramos en la habitación principal, dónde hay magia en el aire, olor de galletas de jengibre y el propio Santa Claus sentado en su sillón, con la Señora Claus a su lado. Se nos da la bienvenida cálidamente: Santa ya nos esperaba, por supuesto. Mientras nos sentamos en la acogedora salita, dejamos que la tranquilidad del ambiente nos invada y se lleve nuestras preocupaciones. Este es un momento muy especial: somos los invitados de Santa Claus en su casa! La señora Claus nos sirve galletas de jengibre y “glöggi” caliente (un poche dulce finés). Santa nos explica historias sobre su fascinante vida, todos los lugares en los que ha vivido, sus viajes con los renos y nos desvela algunos secretos también. Sabías por qué Santa vive en Laponia? Bueno, hay una buena razón para ello… Al cabo de un rato debemos irnos y continuar nuestro camino en la noche invernal. Santa Claus y la Señora Claus salen a despedirnos y desearnos lo mejor en nuestro viaje. No importa que ocurra en el mundo, la Navidad llega cada año. Es una temporada para pasar con la familia y los amigos, para relajarse y sentirse bien. Tras ver a Santa Claus y la Señora Claus, el espíritu navideño se ha colado en mi corazón: la Navidad ya está aquí!

 

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