El oso pardo y el sol de medianoche

El lugar de reunión más norteño del oso pardo es en Kuusamo, Laponia, en las profundidades de los bosques cerca de la frontera con Rusia. Nunca olvidaré la visión del imponente oso pardo en su hábitat natural. El mayor momento para avistar a los osos es por la noche, es por eso, por lo que las claras noches de Laponia ayudan tanto en la observación. Me han dicho que la seguridad de ver a estos fantásticos osos pardos es del 99% cuándo los visitas en estas tierras. Asegúrate de traer tu cámara y prismáticos (hay un par de binoculares fijos en los puntos de observación) ya que los puntos de observación tienen grandes ventanas y proveen de una vista espectacular de la fauna.

Empezamos nuestra experiencia en la vida silvestre registrándonos en “Isokenkäisten Klubli Hotel Kortteeri”.  Nos encontramos con nuestro guía experto en “Isokenkäisten Klubli”, se nos proporciona un aperitivo para llevar con nosotros al puesto de observación. Vamos a pasar muchas horas observando el espectáculo propio de la naturaleza bajo la luz del sol de mediodía. Los últimos metros hasta el punto de observación se hacen a pie. Ni se me pasó por la cabeza un posible encontronazo con los osos mientras nos encaminábamos a nuestro destino; estaba disfrutando de un paseo lleno de paz por el bosque, ya que se nos pidió mantener el silencio. Ésta es la clave: estar en silencio, ya que los osos huirán deprisa si se dan cuenta de que hay humanos cerca. El oso pardo puede parecer un osito de peluche porque tiene una apariencia redondita y de pastosa, pero es un corredor rápido y un depredador, y cómo la mayoría de animales, muy protector con sus crías. Por tanto es sabio mantenerse fuera del alcance de los osos – mantente seguro en el punto de observación. Tuvimos la agradable oportunidad de ver cinco (sí, de verdad, CINCO) osos adultos, el más grande de unos 100 kg, según nuestro guía. Había también unas cuántas águilas de cola blanca; me sorprendió bastante verlas aquí, en los bosques de Laponia ya que pensaba que eran animales de costa. Parece ser que hay unas 20 parejas de éstas en Laponia y viven en grandes vías fluviales, y de eso no nos falta en Kuusamo!

Impresionante! Nos sentamos todos en silencio, simplemente observando a estos animales salvajes, escuchando los sonidos de las noches de verano. Para muchos de nosotros era la primera vez que observábamos la fauna y flora en su hábitat natural. Poco después de medianoche los animales nos habían dejado y volvimos al vehículo que nos devolvía a “Isokenkäisten Klubli”. Incluso sabiendo que el camino era seguro y transitado cada noche de verano, yo no podía evitar mirar a mi alrededor esperando no ver más osos esa noche. Realmente aprendimos durante esa noche que el silencio es lo más importante en la observación de la vida silvestre. Los osos son tímidos frente a los humanos y se mantendrán alejados en cuántos escuchan algunos cerca. Me quedé dormida tan pronto como mi cabeza tocó la almohada y me levanté con el canto de los pájaros a la mañana siguiente. Mmm, estaba deseando tomar un delicioso desayuno y un café cargado en la terraza de “Isokenkäisten Klubli”. Realmente, disfruté la paz y tranquilidad tantísimo que me habría quedado otra noche…

 

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