En carreteras Laponas

Conducía de vuelta a casa tarde en una noche de verano, escuchando la radio, contenta de que ya no hacía tanto calor como durante el día, ya que mi viejo coche no tiene aire acondicionado. Conducía una ruta que frecuento mucho, así que no prestaba mucha atención a mi alrededor, prefería concentrarme en la carretea intentando no ir demasiado deprisa. Es difícil no sobrepasar los límites en una carretera vacía. En esta ruta hay un lugar dónde la carretera cruza un lago en su parte más estrecha: el lago se expande a ambos lados de la carretera entonces. Normalmente aquí echo un vistazo al paisaje, ya que es un lugar muy bonito. Esta noche en particular, tuve que parar. El sol estaba poniéndose de la manera especial en la que lo hace en Julio, y se mantenía sobre el horizonte mientras llenaba el paisaje con colores dorados y pastel. Esa noche había algunas nubes oscuras que agregaban dramatismo al espectáculo: impresionante. Tuve que salir del coche para disfrutar de la escena con todos los sentidos. Estaba todo tan silencioso y en calma, con el lago hacienda de espejo y el fresco aire de la noche oliendo a bosque de pino… Se notaba que había sido un día caluroso y que mañana lo sería también. Las noches frescas son como una bendición en veranos tan calurosos como éste. Estaba tan absorta con la escena que ni siquiera saqué una foto. Pero se parecía mucho a nuestra foto principal, hecha en un lago del mismo estilo (el lago Kitka); usa tu imaginación para añadir un par de nubes oscuras y unos efectos de luz más dramáticos.

Continué conduciendo. En momentos así me doy cuenta de porqué la gente prefiere sobrevolar o conducir en Finlandia en verano. Conducir de pueblo en pueblo o de cabaña en cabaña; planear todo con antelación o hacer una ruta de carretera tal cómo venga. El tráfico es inexistente comparado con la Europa del centro y las carreteras están en buen estado alrededor de todo el país, y cómo ya he dicho: los paisajes son preciosos! Pero hay también peligros en nuestras carreteras – los animales salvajes. Sobre todo renos, que cruzan las carreteras y se mueven en manadas, así que esto es a lo que te puedes enfrentar a veces (esta fotografía la sacó un amigo que conduce por la misma ruta que yo tan a menudo cómo yo lo hago). El imponente alce asusta hasta cuando lo ves desde el coche. El verano pasado conducía una noche tardía por esta misma carretera cuando tuvo un encuentro con un alce. Fue cerca de una ciénaga, había algo de niebla a ras de suelo, tal y cómo se forma cuando el aire se enfría por la noche y las aguas de la ciénaga son más calientes y se evaporan. Y ahí estaba, alto e imponente en la niebla. Por suerte se mantuvo ahí, ya que es un animal enorme y me alegro cuando no están en las mismas carreteras que yo. Aquella podría haber sido también una escena perfecta para fotografiar: tengo que empezar a hacer paradas fotográficas para capturar este momento mientras conduzco en las carreteras de Laponia.

 

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